En la cuarta y última entrega o episodio de la serie que prepara César Delgado-Guembes sobre las relaciones de interacción entre el poder ejecutivo y el Congreso, se presenta la etapa de la rendición de cuentas que debe prestar el gabinete ante el nuevo Congreso, luego de concluido el interregno que se inicia con la disolución que dispone el Presidente de la República.
En su exposición Delgado-Guembes presenta una metodología para definir la gestión de los distintos niveles de riesgo que ocasiona la decisión presidencial en diversos aspectos del sistema constitucional y político, a partir del nivel de impacto que se le atribuye a cada aspecto, y del nivel de probabilidad de que dicho impacto se produzca. El ejercicio de naturaleza eminentemente didáctica permite notar la necesidad y la importancia de que el Congreso se haga cargo del perfil de riesgos que debe controlar como parte de la obligación política y constitucional que le corresponde.
De modo específico la exposición menciona la obligación del gabinete de exponer la política general del gobierno y de contar con la confianza del Congreso sobre su contenido, así como la obligación por la que debe rendir cuenta el gabinete en relación con la calificación que realiza el Presidente de la República sobre el supuesto rechazo de la segunda cuestión de confianza, sobre la cual también debe contar con la confianza del Congreso.
Culmina su presentación con la referencia a la tarea del Congreso en materia de control de los Decretos de Urgencia que emite el Presidente de la República durante el interregno, y los criterios de acuerdo a los cuales debe calificarse si el uso que de ellos se ha realizado es o no es constitucional, según los criterios de excepcionalidad, necesidad y conexidad.