Si bien es cierto la aspiración de la bicameralidad puede mejorar potencialmente la calidad del régimen representativo, la condición anterior que debe observarse y cumplirse es que el régimen funcione con ciudadanos calificados de los cuales aparecerán y se propondrán a los candidatos para una o para dos cámaras.
En su columna de El Montonero, César Delgado-Guembes plantea esta cuestión y apunta a la importancia que tiene la formación de ciudadanos como exigencia sustantiva para que funcione una democracia representativa y un Estado democrático.